lunes, 11 de marzo de 2013

HUILA UN PUEBLO DE DIOS


Si bien los estudios muestran que las manifestaciones religiosas son un claro motivador de viajes de los huilenses al interior del Huila, la Administración Departamental no ha perfilado una política pública que promueva el desarrollo del turismo religioso.


En los albores de los noventa de la centuria anterior, la Cámara de Comercio de Neiva se interesó en conocer qué motivaba a los huilenses a viajar al interior de su Departamento, investigación que contó con el apoyo técnico de la Corporación Nacional de Turismo.

El ránking de motivaciones, posicionó en el primer lugar, la visita a santuarios religiosos, en el segundo los paseos a ríos y fincas, cerrando la lista identificó los negocios y la salud. Auscultando el ránking de los santuarios, se observa que el primer lugar es para la Virgen de Las Mercedes en Nátaga; seguido de Aránzazu en Gallardo, municipio de Suaza, San Roque en El Caguán municipio de Neiva y cierra Santa Rosalía en Palermo.


Cerrando la década, esto es, para el año 2000, la Gobernación del Huila publica el documento ‘Cambio de actitud, una invitación a reflexionar’, estudio que se fundamenta en el análisis de tres importantes investigaciones: Prospectiva Huila, elaborado por Alberto Mendoza Morales; Valores Huilenses de la doctora Marta Cecilia Rivera Pardo y Estudio de Competitividad dirigido por el economista Germán Palomo García, en suma, los tres, reconocen las potencialidades del Huila para el desarrollo de diversas líneas agropecuarias, industriales y de servicios, coincidiendo que la actitud del huilense es una de las mayores limitantes al desarrollo y la familia un soporte social importante, fundamentado en la honestidad, la religiosidad y la solidaridad como valores inherentes a su personalidad.



El documento invita a los huilenses a cambiar su actitud como vehículo para lograr el desarrollo socioeconómico sostenible ycompetitivo, en un horizonte al año 2020.

Turismo religioso un desarrollo incipiente en el Huila

Si bien los estudios muestran que las manifestaciones religiosas son un claro motivador de viajes de los huilenses al interior del Huila, la Administración Departamental no ha perfilado una política pública que promueva el desarrollo del turismo religioso, sin desconocer que algunos templos y capillas han sido declarados como patrimonio arquitectónico o histórico pero sin mayores inversiones para su conservación que los conviertan en joyas de obligada visita.

En materia de gestión se reconoce, el impulso que Jaime Bravo Motta le dio al Santuario de Nátaga con ocasión del Jubileo Mariano del año 2000; también se reconoce que Neiva se promociona como Ciudad Peregrina con base en los Santuarios de San Roque en El Caguán y Señor de los Milagros en San Francisco.

¿Qué limita a los gobernantes a invertir en la conservación y promoción de los escenarios religiosos? Fundamentalmente el temor a infringir el mandato constitucional de garantizar el derecho de los ciudadanos a la libertad de culto.

Se observa entonces, un flujo espontáneo de feligreses y peregrinos que generalmente asisten a las fiestas patronales; fiestas que se caracterizan por el caos, en aspectos claves como: la movilidad tanto de peatones como de vehículos, la precaria oferta de servicios sanitarios, la excesiva oferta de alimentos sin la observación de las normas mínimas de salubridad pública y atención al usuario, el hacinamiento de los atrios con ventas ambulantes y hasta la instalación de expendio de bebidas embriagantes frente a los santuarios y templos que por supuesto perturban la intensión del peregrino, acciones todas que son competencia de las alcaldías que deben garantizar el orden público, el comportamiento y la seguridad del ciudadano.

Turismo religioso y economía

La espiritualidad y la religiosidad son tendencias contemporáneas de consumo de servicios turísticos en el mundo, que según la Organización Mundial del Turismo, OMT, responden a la necesidad del hombre a establecer un dialogo con Dios; el año 2013 ha sido declarado por la iglesia católica como el año de la fe, se espera entonces un crecimiento del 20% en el número de visitas a templos y eventos de carácter religioso.

Las cifras publicadas por la OMT en el 2010, muestran que Los santuarios más visitados del mundo son: Virgen de Guadalupe en México con un registro de 20 millones de peregrinos, seguida de la Catedral de Nostre Dame en París con 10 millones de visitantes y Virgen de La Aparecida en Brasil con 8 millones de peregrinos.

En Colombia no existen estadísticas confiables, pero las autoridades tanto religiosas como civiles estiman que 500.000 peregrinos visitan el Santuario al Señor de Los Milagros en Buga, 200.000 lo hacen al Santuario de Nuestra Señora de Las Lajas en Ipiales, 40.000 peregrinos visitan semanalmente el santuario al Señor de Monserrate en Bogotá.

Para el caso del Huila, se estima que cada año 300.000 peregrinos visitan el Santuario a la Virgen de Las Mercedes en Nátaga, 80.000 peregrinos visitan la Virgen de Aránzazu en Gallardo (Suaza); 60.000 peregrinos visitan a San Roque en El Caguán (Neiva) y 12.000 peregrinos visitan el santuario al Señor de Los Milagros en San Francisco.

En materia del gasto que hacen los peregrinos en el destino, se tomará el siguiente ejemplo: un peregrino que viaje desde Neiva a Nátaga gasta $30.000 en transporte, $5.000 en el desayuno, $7.000 en el almuerzo; $3.000 en gaseosas y agua; $1.000 en la ofrenda, $5.000 a la compra de suvenir o artesanía religiosa y si ordena un acto litúrgico el estipendio es de $15.000. Si asumimos que el transporte es un gasto que no se genera en Nátaga y que el estipendio es opcional, pero que los demás gastos son de obligado consumo estaríamos hablando que la economía de Nátaga se dinamizaría en seis mil trescientos millones/año, una suma realmente importante para cualquier municipio; este ejercicio se puede hacer para cualquier destino huilense de carácter religioso en estado incipiente y de seguro levantará el entusiasmo de la población que se beneficiará y de la administración pública que también registrará un mayor ingreso por la vía fiscal, sin desconocer los beneficios para los tutores del santuario.

En suma, la Administración Departamental debería ocuparse de perfilar una política pública que promueva el turismo religioso, por lo pronto Nátaga y Neiva dos destinos marianos que trabajan en esta dirección.

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