En materia de turismo los huilenses
han demostrado ser fervorosos militantes de la planeación con muy bajo índice
de ejecución. Una rápida mirada a la historia de la planeación turística en el
Huila nos remonta a 1960 cuando se creó el Festival Folclórico y Reinado
Nacional del Bambuco con dos propósitos: fomentar el folclor huilense y atraer
turistas a la ciudad de Neiva; en 1971 el Gobernador Carlos Ortiz Fernández
incluyo en su plan de gobierno el desarrollo del turismo con fundamento en la
zona arqueológica y las artesanías; posteriormente en 1995 en el gobierno de
Jaime Lozada Perdomo se elaboro el Plan Integral de Desarrollo Turístico que
perfilo siete productos turísticos incluyendo el Desierto de La Tatacoa,
Betania, Termales de Rivera y la región occidente extendida hasta Tierradentro;
luego en el 2004 el gobernador Rodrigo Villalba Mosquera alentó la construcción
de la Agenda Interna de Productividad y Competitividad que identificó el
turismo como una Apuesta Productiva, el documento incorporo el concepto de
territorio y creo cuatro clúster: el ecoarqueologico, Tatacoa y su Área de
Influencia, Neiva Ciudad Región y Yaguará-Betania con el propósito de facilitar
el desarrollo de los productos turísticos de cada región, la Apuesta trazo como
meta captar al 2020 dos millones de turistas/año con una pernoctación promedio
de una noche y un gasto promedio de cien mil pesos turista/día. Para el año
2009 el gobernador Luis Jorge Sánchez García elaboro el plan sectorial de
turismo privilegiando el desarrollo de
los proyectos perfilados en la Agenda Interna y finalmente en el año 2012 el
Ministerio de Comercio, Industria y Turismo elaboro un nuevo plan sectorial de
turismo con horizonte al 2015 identificando los proyectos de desarrollo
turístico que a su juicio deberían ejecutarse en dicho periodo. Pitalito,
Garzón, Tesalia y Paicol también han construido planes sectoriales de turismo,
por su parte, Neiva en el 2012 construyo la Agenda Interna de Productividad y
Competitividad identificando el turismo como una Apuesta Productiva con base en
el desarrollo de cuatro productos: salud, eventos, aventura en el río Magdalena
y turismo religioso.
El análisis del acervo documental
permite inferir que el departamento del Huila se prospecta como un destino
turístico con base en el desarrollo de los productos turísticos: arqueología en
la Zona Arqueológica de San Agustín-Isnos-Tierradentro; aventura y actividades
de contacto con la naturaleza en el río Magdalena, Desierto de La Tatacoa,
parques nacionales Naturales y Macizo Colombiano; salud y bienestar
fundamentado en la Zona Franca de Salud en Neiva, Hospital Universitario
Hernando Moncaleano Perdomo y el termalismo en Rivera; eventos corporativos que
se desarrollen en el Centro de Convenciones y Recinto Ferial de Neiva; las
fincas cafeteras y haciendas ganaderas.
Cumplidas las etapas de planeación y
estructuración de producto turístico, le restan al sector turismo del Huila
siete años para implementar las etapas de comercialización y promoción
turística en los mercados emisores que permita cumplir la meta en captación de
turistas/año. En esta etapa del proceso ha ingresado a la escena un nuevo
jugador, la Cámara de Comercio que por su experticia en los temas de desarrollo
comercial es un aliado estratégico para el cumplimiento de la meta, sus gestiones
con el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, Proexport, Fontur y
organismos de cooperación internacional resultaran vitales como ya se dijo para
el cumplimiento de la meta, esto es crecer de 600 mil turistas/año a 2.2
millones de turistas/año, aumentando la pernoctación en fin de semana y
periodos vacacionales épocas para la cual, los registros de ocupación no
superan el 32%; en materia de gasto, al Huila según la investigación realizada
por la Universidad Externado de Colombia en el año 2004 se le considera como un
destino económico, cuyo gasto promedio no supera los 100 mil pesos turista/día.
En suma, los temas del desarrollo
turístico en el Huila se encuentran sobre la mesa de trabajo, le corresponde a
los actores hacer la tarea con el mismo fervor con el que se planea para que en
el año 2020 el horizonte sea el de la consolidación de destino y no la de
identificación de potencialidades como ha ocurrido en los últimos 40 años.