En el mundo contemporáneo la tendencia es a viajar motivado por las actividades que ofrecen los destinos turísticos, la verdad, viajar motivado por experimentar sensaciones que ofrece el ambiente o el entorno de un lugar, es un tanto novedoso pero debo confesar que resulta excitante. El recorrido que se plantea en esta nota, pretende resaltar las bondades de algunos sitios turísticos del departamento del Huila, donde se pueden vivir a plenitud ciertas emociones.
Tatacoa, la magia del Calor al Frio
El desierto de La Tatacoa está ubicado en la región norte del departamento del Huila, a cuatrocientos metros sobre el nivel medio del mar, es una región tropical que en ocasiones alcanza temperaturas en el día de cuarenta grados centígrados a cielo abierto, pero que al llegar el crepúsculo se refresca con una suave y coquetona brisa, entrada la noche, el ambiente se torna agradable, fresco e invita al disfrute de la cúpula celeste, en la madrugada, el cuento es otro, como en todos los desiertos, hace presencia el frío, especialmente en la temporada de junio a septiembre.
Si de sensaciones se trata, el Desierto de La Tatacoa es un destino que obliga conocerse, pues además de la vivencia en torno a la temperatura, se podrá disfrutar de la belleza paisajística, la nutrida gama de colores que presenta variados tonos de verdes, rojos, grises y azules. Caminar por los senderos de La Tatacoa es tonificante para el cuerpo, pues así como presenta largos tramos llanos también exige remontar estoraques, donde además se debe aplicar el sentido del equilibrio espacial para no rodar por su ladera.
Para los observadores y amantes de la fotografía, el escenario de La Tatacoa es generoso en su oferta de avifauna endémica, aves de mil colores, águilas, halcones, lechuzas y búhos son de fácil observación así como guacharacas en el entorno de las quebradas; por supuesto, que la oferta florística también resulta espectacular, especialmente la familia de las xerofíticas con diferentes tipos de cardos, ortigas, naranjuelos, cujíes, y en los patios de las casas, los frutales, ceibas y samanes.
Claro oscuro en la Caja de Agua
La Caja de Agua es una caverna ubicada en Paicol, al occidente del Huila, el municipio dista 120 kilómetros de Neiva, en la vía que de esta ciudad conduce a Popayán. La caverna es un recinto de ochocientos metros de largo, que le permite al explorador vivir las emociones de caminar por un sendero que presenta el piso bañado por las aguas subterráneas de la quebrada Santa Inés, así como salones donde habitan varias familias de murciélagos, algunos de ellos endémicos de este sistema de vida.
El sendero demanda dos horas para su recorrido, se caracteriza por la oscuridad, situación que exige el acompañamiento de un Guía experto conocedor de la caverna, el 70% del sendero se cumple caminando observando las instrucciones de seguridad del Guía y el 30% es una gatera suave que le conduce a la salida y al contraste de luminosidad intensa que deslumbra por instantes, pero que luego recompensa con la belleza del paisaje.
Adicionalmente el turista podrá disfrutar de las emociones del rafting en el río Páez, así como el senderismo urbano por el centro histórico del municipio engalanado por hermosas edificaciones de estilo arquitectónico de tipo colonial y republicano, recorrido que obliga a visitar el templo de Santa Rosa de Lima, una joya arquitectónica e histórica de gran valor, lugar que recibe los días 14 de cada mes la visita de miles de peregrinos que acuden allí a venerar al Señor de Los Milagros.
Paicol junto con Tesalia se han convertido en ciudades pernoctación para el Territorio Páez, una región turística que comparten con Nátaga, La Argentina, La Plata e Inza, desde ellas se puede visitar en un día el Parque Arqueológico de Tierradentro o si lo prefiere la Basílica Santuario a la Virgen de Las Mercedes en Nátaga.
Las delicias de la Sal y el dulce
El paladar es un extraordinario promotor turístico, pues permite recorrer el departamento para deleitarse con las exquisiteces que finamente preparan los huilenses. El Asado Huilense plato típico por excelencia, se caracteriza en Neiva por el profundo sabor que le adereza el ajo y la cebolla de tallo, sabor que se mitiga con el dulce de los masatos de hoja o los alfandoques.
Los viudos de pescado, que bien puede ser capaz o bocachico, se elaboran aderezados con exquisitos hogos en Aipe, siempre acompañados del revitalizador caldito y la arepa delgadita, sabor que se endulza con los melados de frutas o el arequipe. Villavieja su vecino presenta el estofado de ovejo acompañado de pepitoria y la sopa de espinazo, si bien el banquete es generoso obliga compensar el paladar con la surumba y los dulces de cactus que solo allí encontrara.
Los garzoneños elegantes y magníficos anfitriones, atienden a sus visitantes con el famoso Arroz Tapado, una deliciosa salsa que mezcla el pollo con champiñones y tocineta, arropados por la crocante papa cabello de ángel, nada mejor para mitigar su fuerte sabor que un delicioso jugo de uva isabelina y de postre los casquitos de guayaba.
Visitar el Parque Arqueológico de San Agustín, obliga almorzar Donde Richard con una deliciosa mojarra ahumada, asada a la parrilla, macerada al ajo, acompañada por un hermoso tambor de verduras y hortalizas, un melado de maní y por su puesto un café tostado, molido y empacado en casa.
El susurro
El Macizo Colombiano sin lugar a dudas es el mejor escenario para escuchar las voces del silencio, la zona es ideal para la observación de aves, mamíferos, insectos y reptiles, así como la contemplación paisajística y la práctica de actividades de contacto con la naturaleza.
Algunas áreas resultan más privilegiadas que otras, la Cueva de Los Guacharos además de su reconocimiento como Parque Nacional Natural, alberga en su entorno un nutrido inventario de aves, que resultan visibles entre las cinco y las nueve de la mañana, tiempo en el que con su alharaca, trinos y silbidos, rompen el sigiloso silencio del observador que las contempla y afanoso busca una foto como evidencia de su hazaña.
En la zona de El Pensil el atractivo es seguirle el rastro al Oso Andino y su avanzada aérea, el Loro Orejiamarillo, una experiencia maravillosa siempre acompañados por Guías Expertos en el tema, formados por el SENA y entrenados por la Corporación Mashiramo. Observar Dantas es otra actividad sigilosa que se puede realizar en el Macizo Colombiano muy cerca a San Agustín, esta vez la hazaña es nocturna, tiempo en que este colosal mamífero lame el salobre de la roca y al despuntar la aurora el regreso a casa estar acompañado del cantico de las aves aue allí habitan.
El dulce aroma del café
El dulce aroma del café guiara al turista hasta la región cafetera del centro del Departamento, Garzón y Gigante, han conformado un circuito de turismo rural, dotado de fincas adecuadas para el descanso del visitante. Además del café otros aromas le excitaran, entre ellos, el de los cítricos, pues cientos de bosques aromatizados por estas especies, como también guayabos, balsos y guaduales. Especial mención para el aroma de las plantas exóticas que asociado a su colorido despierta el ánimo del visitante y le invita a recorrer varios kilómetros en esta maravillosa fiesta del color.
Quien lo creyera, la molienda de la caña resulta una actividad por demás emocionante, que tal vez resume el imperio de los sentidos en el mundo del turismo rural, el calor del fundido, el aroma dulce de la caña, los sabores del guarapo y las melcochas, la gama de colores desde el oscuro jugo de la caña hasta el marrón de la panela, la estridencia del trapiche que rompe el silencio del cañero.
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